¡Hola, chicas!
Como de costumbre, ando atareada con el trabajo, pero hoy quería dedicarle unos renglones a mis
pequeños tesoros….pequeños, porque son delicados trabajos de ganchillo, hechos
con hilo tan fino que parecieran encajes de bolillo…y tesoros, porque salieron
de las manos de mi abuela materna, con la que me sentía estrechamente unida.
Ella me enseñó a hacer ganchillo cuando apenas tenía cuatro años, ella me
enseñó a coser…ella me enseñó a apreciar el valor de la naturaleza, a preparar
sus remedios caseros para el resfriado, la tos, los golpes….De pequeña, me iba
con ella siempre que podía y disfrutaba sentada a su lado, viendo como aquellas
pequeñas manos huesudas (como las mías) tejían maravillas….en fin, que rebuscando
entre las muchas cosas que aún están empaquetadas en mi desván desde la última
mudanza, ¡hace ya más de 10 años! aparecieron estas dos maravillas…. un cuello
para algún trajecito de bebé, seguramente para mi madre, que fue la primera y
que por alguna razón, quedó sin usar….y una linda tira de encaje, posiblemente
destinado a adornar alguna sábana de lino que, por desgracia, puede que acabara
hecha ropita para sus hijos en aquellos amargos y terribles tiempos de
guerra…cuando no había ya lugar para deleitarse con labor alguna, cuando hasta
los ricos mantones de manila se tuvieron que transformar en colchas para las
cunas … y los muebles, en leña para el fuego donde unas humildes tortas de
bellotas y unas arromazas hervidas eran el sustento de la familia….Fueron
tiempos difíciles y mi abuela fue una gran mujer, como muchas otras en aquella
España, que, ya viuda, sacó adelante a sus hijos trabajando día y noche por y
para ellos….Pero no quiero que esta entrada tenga un tono sombrío, por eso, también quiero recordar las bellas historias
que me contaba y, sobre todo, os quiero mostrar estas lindas labores, para que imaginéis lo
que disfrutó mi abuela haciéndolas y lo que yo disfruto ahora teniéndolas en
mis manos….
De cerca:
Un abrazo,
Elena
Cuanto siento no haber aprendido con mi abuela, no hice caso, ella siempre lo tenia en las manos en sus últimos años. Besos.
ResponderEliminarGracias por el comentario, Ana....la verdad es que yo disfruté mucho de ellas y cada día me alegro más de haberlo hecho....pero seguro que tú también atesoraste algo de ella...
ResponderEliminarBesos,
Elena